martes, 26 de julio de 2016

EL AÑO SIN VERANO

El año sin verano
De Carlos del Amor


Narrativa.

Un periodista que sufre bloqueo creativo cuando está a punto de comenzar a escribir su primera novela se encuentra un día en su edificio un manojo de llaves. Pronto descubre que las llaves abren todas y cada una de las puertas de su inmueble. Es agosto no está ninguno de sus vecinos, Madrid está vacío y tiene tiempo y ganas de curiosear. Lo que en principio empieza como un pasatiempo - visitas nocturnas a todos los pisos de su edificio - acaba por convertirse en su ocupación principal, cuando descubre las vidas ajenas de aquellos que tienen a su alrededor, conocidos y al mismo tiempo tan desconocidos, y, sobre todo, una historia de amor y una misteriosa muerte a la que se ve abocado, inevitablemente, a investigar.

El 2 de agosto dejé el coche en el garaje. Estaba desierto. Al llegar al portal, abrí la puerta y maldije una nueva avería en el ascensor, tan bonito y antiguo como poco práctico. Vivo en un sexto piso de un edificio de siete plantas, así que emprendí la escalada resignado. En el tercero, dí una patada a algo, encendí la luz del rellano y vi un enorme manojo de llaves.
Es pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. La vida de los otros puede resultar sorprendente.


Me ha gustado.
Es una novela original, curiosa, sencilla y fresca para este verano, que aunque el título diga que no, aquí si estamos teniendo, al menos meteorológicamente hablando.
Como ya dice el resumen te mete en historias vecinales y no del tipo la que se avecina.
Vecinos que todos tenemos y parecen tan cercanos pero que en el fondo descubres lo poco que sabes de ellos.
¿Qué esconden esas llaves y qué hay detrás de esos gruesos muros?
Historias, melancolía, tristeza, amor y hasta un crimen y mucha búsqueda de respuestas.
Dentro de este libro hay un curioso escritor que se adentra en los pisos vecinos, literal, y en sus vidas de ahora y de antes. Nos lo cuenta en primera persona y todo esto y dando un giro será su propia novela.
A veces me perdía un poco con los personajes y los pisos (como siempre) y sobre todo al principio, no es nada nuevo, es cosa mía. También pensé que podía liarme con los saltos de tiempo, pero no, eso no, se va enlazando bien.
El final es bueno, las últimas 30 páginas o así son más adictivas, es corto y se hace incluso más corto.
Lo recomiendo.

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